Una semana más con Yanko Tolic y sus clases magistrales de cómo crear desmanes con su banda y volverse parte de las historia del Rock y el Metal en Chile
En el ex recinto del gimnasio municipal de San Miguel, donde hoy se levanta un supermercado, se desarrolló el concierto de lanzamiento de la Revista El Carrete, creado por el emblemático Francisco Conejeras, de “Las Ultimas Noticias”. Un tipo de verdad. Fuimos los invitados con otras bandas a participar mientras salía a las calles la primera edición del escrito, en tiempos del referéndum conocido como Plebiscito nacional de Chile en 1988. Si ganaba el SI, Pinochet se quedaba por 8 años más. Si ganaba el NO, por 4 años se entraba en un periodo de transición a la democracia y Pinochet debía entregar el poder.
Luego de una reunión con músicos, quedamos de acuerdo en el backline, los horarios, turnos y camarines a utilizar. Tocarían Fulano, Tumulto, Panzer, Warpath y Massacre.
Nuestra formación desde hace un año atrás estaba compuesta por trío con Eduardo Vidal en el bajo, había entrado Marco Carreño en la batería y yo en voces y guitarras. Con este line up habíamos editado el demo “Beyond the Psychotic Redemption” que había resultado ganador como banda revelación del Programa Solamente Rock de Radio Concierto. También habíamos sido elegido los mejores instrumentistas en ese mismo programa radial. Lo que impresionó tanto a su productor, Nicolas Aedo, que nos citó y propuso ser nuestro mánager. Sus argumentos fueron contundentes con las ideas que nos ofrecía de experimentar nuestro sonido con elementos del rock sinfónico. Cruzar Kreator, Slayer, Possessed el viejo Metallica con Pink Floid, Yes, Génesis, E, L & P o Marillion. Crear algo no hecho. Hay que agregar que muchos músicos de diversas expresiones musicales nos visitaban en mi Sala de Ensayo y hacíamos curiosas jams que mezclábamos folcklore, jazz, blues, hard rock y lo que saliera. En lo personal siempre había escuchado Rock Sinfónico desde que apareció el magistral disco “Sargento Pimienta” de Beatles, producido por George Martin y que abrió el camino.
Manuel Castro llegó con sus teclados, apareciendo la magia de forma inmediata y nos convertimos en cuarteto. Ensayo tras ensayo se creó el Thrash Sinfónico. La tensión era tan fuerte entre los integrantes que Aedo, tuvo que pedir vacaciones para asistir todos los días a los ensayos para que Carreño y yo no termináramos a golpes, hecho que también tuvo que colaborar mi Padre Alfredo para apaciguar todo. Esto dio frutos como temas “Temblor Del Cielo”, “Tinieblas Tras El Tiempo” inspirados Vicente Huidobro, “Sobrevivientes” y “Volcán” inspirados en Pablo Neruda y “Al Fin La Guerra Termino”. Agregamos “Todos Juntos” de Los Jaivas de homenaje, después de la muerte de su batero Gabriel Parra. Cuando los thrashers se enteraron de nuestra experimentación sónica y al ver que ya no podían asistir a nuestros ensayos, se formó todo un relato que incluía verdades y mentiras. El contacto con las huestes radicales del metal había sido cero. Entonces ahora se presentaba la oportunidad de ver que pasaría. ¿Cuál sería la reacción?, ¿Lo aborrecerían?, ¿lo amarían?, ¿lo destruirían?...
Warpath no llega a la cita y abre Fulano. Deciden retirarse pronto ante unos escupitajos de procedencia thrashistica desde la audiencia. Fulano conoció nuestro público y por alguna razón, después de esto ya no volvimos a tocar juntos nuevamente. Apareció Panzer quienes tocaron su repertorio. Tumulto entra al escenario y…logra tocar unos cuantos temas, si bien el público del rock estaba presente, eran los más jóvenes, con sus jeans rotos y amantes de álbumes como “Peace Sells... But Who’s Buying?”, “Reign in Blood”, “Darkness Descends”, “Obsessed By Cruelty”, “Pleasure to Kill”, “Zombie Attack”, “Queen of Siam”, “Game Over”o “Eternal Devastation”, quienes se imponían ruidosamente ante los demás. Estos les molestaron y hasta que Tumulto por primera vez en su historia debía abandonar las tablas. Poncho Vergara (líder y bajista) con el tiempo en la casa de Nicolas Aedo reconoció que nunca habían sido derrotados de esa forma. La muchedumbre se estaba dividiendo y algunas escaramuzas aisladas comenzaban. ¡Massacre, salgan ahora mismo a tocar! Era quien coordinaba el escenario: Nacho de los Ríos. Visiblemente molesto con lo acontecido. Presentamos a Manuel en teclados y comenzamos con los temas sinfónicos. Con “Sobrevivientes” aparece la locura. Una amiga que apodábamos “La chica Jany” se subió a hacer slam al escenario, corría de un lado para el otro, había burlado la seguridad y era vitoreada por los asistentes, mientras evadía que la bajaran, al pasar cerca de Lalo, este le agarra del hombro y la tira siendo succionada hacia abajo. Otro tipo se sube completamente borracho, violentamente lo bajan y le pegan entre todos. Tocamos la versión de “Todos Juntos” quien a la audiencia les incito a cantar el coro gritando:” Que se escuche más fuerte y que lo oigan en La Moneda”, aduciendo al palacio de gobierno donde se había instalado Pinochet después del golpe de estado. Las luces, la agitación, el público hacen que comiencen los gritos “Y va a caer” y aparecen los canticos “El que no salta es de Pinochet”, “el pueblo unido jamás será vencido” “A ver, a ver, quien lleva la batuta, un pueblo armado…o un hijo de puta”, “Luchando, creando poder popular”, “Avanzar sin transar” y muchos más. La gente sube al escenario, la seguridad ya no existe, la confusión es total, ya no nos veíamos entre los músicos. El desmadre rotundo. Aparece Nacho de los Rios y me grita con rabia: “¡Huevón la cagaste, quedó la cagada aquí por tu culpa, afuera en la puerta esta la CNI, y me preguntaron tu nombre, así que yo no voy a hacer nada por defenderte, te van a llevar ahora, y los pacos también te están buscando para llevarte detenido!”
Desenchufo el cable de mi guitarra y llego al otro extremo del escenario abriéndome paso. Bajo por unas escaleras. Llego y les digo al equipo de la banda en el camarín:
- Quedó la cagada y me quieren llevar detenido.
- ¿Y qué vas a hacer? - Me preguntan.
- ¿Pero y quien dijo eso?
- Nacho de los Ríos, el huevón que coordina el escenario- afirmé.
Quedamos en que nadie se movería de ahí, esperaríamos a ver qué pasaba.
Abrieron la puerta unas tres veces, pero era gente de la producción, ante miradas de nerviosismo. Poco a poco los gritos fueron disminuyendo. Se apreciaba ruidos de desmontajes, bulla generalizada de movimiento de cosas reverberadas por la altura del gimnasio. Pensé que echarían la puerta bajo exigiendo mi nombre, ¿Cómo le aviso a mi familia?, Si me llevan, tendrán que dar cuenta a la Vicaria de la solidaridad, para que interpongan un recurso de amparo el lunes a primera hora. Miles de pensamientos aparecían y desaparecían por mi cabeza. Después de una tensa espera de 3 horas. No se escuchaba nada. Silencio…solo el silencio.
Determinamos salir, estaba oscuro. Había una montonera de hojas de la revista El Carrete esparcidas por todo el lugar. Algunas se movían como esas bolas que cruzan los pueblos fantasmas del lejano oeste llamadas “tumbleweed”. Un paisaje del apocalipsis sacado de películas como Resident Evil. En cualquier momento aparecía una horda de zombies para devorarnos. Yo esperaba a la CNI.
Nos fuimos a pasar el resto de la noche para hablar del concierto y embriagarnos hasta el amanecer. Había sido una intensa experiencia de Massacre una vez más.
Tristemente la chica “Jany” después en un episodio que nunca quedó claro, al devolverse del Barrio Bellavista un fin de semana, con su novio, al parecer en una discusión se arroja o es arrojada a las torrentosas aguas del Rio Mapocho desde un puente. Fue encontrada kilómetros más abajo. Todos los amigos del barrio fuimos a su velorio para despedirnos de ella. El sentimiento de frustración todavía perdura en nosotros al recordarla.
Tiempo después, nos invitan a participar en otros eventos, esta vez, tocar para apoyar la campaña del “NO”. No nos incluyeron en la franja televisiva, como si lo hicieron con Los Prisioneros, a pesar de ser partícipes en muchos actos. En una de esas paradas llegamos a tocar y me encuentro con quien estaba organizando todo con una tremenda chapa del “NO” en su pecho. Era Nacho de los Rios. Yo le miraba serio. Hasta que en un alto me mira y me dice: “Yo estoy coordinando lo del NO aquí y otros tres escenarios por la campaña del SI en otros lugares. Tengo cabros chicos y ellos no comen de aplausos” Un algoritmo de lo utilitario. Gente de mierda. Estamos llenos de ellos. Quedé pensando. ¿Esta era la democracia de la “La alegría ya viene” y de “Justicia en la medida de lo posible”? Con los años medito y me apena ver todos los que apalearon ese día, los que cayeron en las calles con la represión, en las marchas, en las protestas, campañas y paros que llamaban a “recuperar la democracia”. Se hizo una utilización mentirosa que el triunfo del “NO” fue con un lápiz y una raya. La historia la hicieron todos, no unos simples publicistas y políticos que hoy viven como reyes, después que nos expulsaron de su alegría.
Alegría para pocos, masacre para los demás.