Melodías afiladas y oscuras con detalles sombríos indagan en lo desconocido y lo fantástico, dejando al descubierto obras que hacen vibrar las membranas auditivas interpretando cada riff como un reino espectral similar a algún exquisito relato fantástico de Lovecraft, mismos que encontramos en In the Ecstasy of Fire, último trabajo perteneciente a Necrodemon, con uno de los temas más inspiradores; The Nameless City.
Death Metal con autoridad y peso es lo que nos hace recordar los sonidos más clásicos que fueron aplastantes y destacados debido a su fuerza gracias al ya descontinuado pedal de distorsión Boos MH-2, mismo pedal cuyo sonido característico permite ser recordado en los primeros track del nuevo álbum de Necrodemon, haciendo, dentro de todo, relucir que estamos ante un trabajo muy elaborado en cuanto a armonías y estructuras rescatando el sonido clásico del Death Metal sueco de los años 90 con bandas como Entombed y Dismember, pero sin mayores pretensiones, más que el juego de melódicos riffs y dúos de guitarras que hacen esperar el próximo y el siguiente track, encontrando en cada obra oscuros y decadentes sonidos que nos llevan a majestuosos y perversos mundos oníricos, característica mágica que con pocas bandas sucede y que probablemente marcarán el sello del nuevo Necrodemom.Y no podía ser de otra manera, pues el tremendo arte del disco va directamente bajo la tinta de Dan Seagrave, quien ha trabajado en discos supremos como Altar of Madness, Left Hand Path, The Ten Commandments, etc. Imaginería que también podemos apreciar en otras bandas de culto como Pestilence, Monstrosity, Suffocation, por solo nombrar algunas. Es de destacar que la masterización de este disco estuvo, a cargo del gran Fredrik Nordström mismo que ha trabajado con bandas como At The Gates, Dark Tranquility e In Flames. ¿Pues, qué más podría esperarse?; Una banda que ha sabido superarse y presentar una obra bien cuidada en todo detalle.
Es así como nos encontramos con un Necrodemon que conserva intacta la originalidad melódica de su primer disco, pero mostrando ahora la búsqueda de la madurez en un disco pulcro en sus detalles, que denota trabajo, buen gusto y escuela para cualquiera que se atreva a escuchar In the Ecstasy of Fire.
