¡Abran paso! ¡Dejen pasar boludos! ¡King Diamond se desmaya! ¡Se nos va!
Corría el año 1996 y el maestro del horror en el Metal, el de la voz prodigiosa que al escucharlo por primera vez pensamos que continuaba la senda del maravilloso lirismo de Rod Halford se presenta en Buenos Aires, en un lugar llamado “Cemento” ubicado en el barrio Constitución. Puede que a muchos en Chile no escuchemos de ese lugar, pero allá fue un lugar de culto, emblemático por donde pasaron las bandas más importantes desde su inauguración en 1985.
Para entonces se pudo presentar Mercyful Fate y King Diamond esa noche del 25 de agosto durante la gira South American Tour 1996. El lugar era antiguo, se pasaba de unos dos ambientes hasta bajar a un espacio donde quedaba el escenario al final. Algo parecido a nuestro Arena Recoleta, pero techado. No tenía aire acondicionado y sentía sofocación cuando lo pude conocer en el 98, hice algunas tomas en videos y me impresiono el piso completamente mojado, pregunté para que habían regado antes del espectáculo, pero me contestaron: “Che, ¡no regaron esa es la traspiración de todos!” A pesar de eso las metaleras y metaleros se sentaban igual en el piso entre los intermedios de cada banda.
Pocho Metallica, hermano de años allá, me lo llevó a conocer y me contó la siguiente anécdota como a las tres de la mañana.
Una vez que se habían presentado los grupos invitados locales. King con Hank Sherman, Mike Wead, Bjarme T Holme y Sharlee D´Angelo se dirigieron con dificultad por el costado derecho del local para subir al escenario. El lugar era un horno infernal, el calor y el traje le jugaron una mala pasada a King que, al conseguir estar arriba, sintió mareos y que se le apretaba el corazón, no podía empezar y avisó de inmediato que no se sentía bien, evidenciando problemas de respiración. Como pudo, pidió ser llevado a refrescarse, lo dirigieron nuevamente por el costado derecho lleno de gente. Iban abriendo paso entre Eric de Hass, el organizador del tour sudamericano a nivel banda y detrás de él, Ole Bang (mánager de Mercyful). King se comienza a desvanecer por la falta de oxígeno y empiezan los gritos para que le abran paso a la caravana desesperada. Algunos del público se dan cuenta de la emergencia y comienzan a ayudar. “¡Abran paso! ¡Dejen pasar boludos! King Diamond se desmaya!!! ¡Se nos va!”.
Pero el camarín quedaba muy alejado de donde estaba y el avanzar se hacía menos que imposible ante el público que no entendía lo que pasaba.
Se optó por trasladar a King al baño del público que era lo más cercano para atenderlo y que se refrescara.
A empujones y algunos golpes logran con su cometido. Logran entrar a King que al ver lo asqueroso del baño no aguanta más y se pone a vomitar ahí mismo.
Nuestro héroe maestro de las tinieblas, pesadillas, verbo negro hecho carne e inspiración para todos los músicos del mundo, por ser para nosotros el más digno representante musical de Satán en la tierra, fue derrotado por la insoportable hediondez insalubre de un baño thrasher del tercer mundo.
Un paso más al conocimiento experiencial del barítono danés Kim Bendix Petersen (su verdadero nombre) quien visitaba desde su natal Copenhagueen en su paso por una Sudamérica ensombrecidas por dictaduras y dando paso a una avasalladora globalización de cegado y lunático neoliberalismo. Nuestro King Diamond chocó de frente con la realidad que la gran mayoría de nosotros vive a diario.
Sin embargo, esto lejos de derribarlo solo lo hizo más fuerte.
Apartó los brazos de quienes le apoyaban y volvió con su estampa de hombre legendario dispuesto a librar una batalla más en su historia al escenario de Cemento para dar lo mejor de sí, corte de electricidad incluido en pleno espectáculo. Nada lo demolía.
Cuando Pocho terminó el relato yo le dije:
Pocho, hay mucha gente que le tenía miedo a King Diamond. Había gente de fanzines que al recibir las respuestas de sus entrevistas notaban cosas extrañas después en sus casas. Recuerdo al editor Carlos Reyes, de la revista Rotting Flesh de Valparaíso que recibió una misiva desde Dinamarca que le señalaba que el maestro King se había retirado por una semana al sótano de su castillo para hacer magia negra y componer música, que apenas vuelva a la superficie le pediría que le contestara sus preguntas. Muchas veces en reuniones nocturnas ochenteras se contaban historias de Diamond que ponía los pelos de punta.
Pero supongo que un baño tercermundista es un abismo infranqueable hasta para el más importante de los demonios que caminan por este mundo.
Es navidad y recordé este relato para compartirlo con ustedes.
De alguien como King que se ganó nuestro cariño, respeto y admiración cuando en pleno abril de 1985 nos llegaba la horrible noticia que Mercyful Fate se separaba por diferencias musicales.
Nuestro dolor se alivió instantáneamente cuando Diamond nos decía que seguiría haciendo la música que tanto amábamos de él, al sacar el 25 de septiembre el sencillo "No hay regalos para Navidad" ("No Presents for Christmas"), reeditado después en su primer disco solista: Retrato Fatal (“Fatal Portrait”).
¡Gracias Rey Diamante por regalarnos tu música en esos años de mierda!
¡Feliz navidad thrashers!