Yanko continua el relato sobre Hellhammer en esta segunda parte sobre una de las bandas que se convirtió en una parte importante de la historia del Metal Mundial
“Las arenas del tiempo nunca correrán para un hombre muerto inmortal”
(Hellhammer/Celtic Frost, tema “Visions Of Mortality”, letras de Martin Eric Ain, 1984)
¿Cómo surge la idea de lanzar “Demon Entrails” en el 2008?
T.W.: La razón principal es porque quería de una vez por todas hacer algo profesional con el material de Hellhammer. En estos 25 años he visto decenas de ediciones piratas de nuestro antiguo material, muchas de ellas con sonido pésimo, con los créditos incorrectos, así como información incorrecta, letras inacabadas, fotos que no tenían nada que ver con Hellhammer… Tras 25 años llegamos a la conclusión de que, si alguien debía reeditar todo ese material, éramos precisamente nosotros; Nadie más.
¿Cómo fue el proceso de remasterización de vuestros temas?, ¿Hasta qué punto fue fácil obtener los masters originales para masterizarlos de nuevo?
T.W.: Los masters originales ya no existen ya que por aquella época -1983- no teníamos dinero suficiente para pagar por quedarnos el master original. Todo lo que tenemos es una copia del master original que está en bastante buen estado. No tenemos las pistas por separado. De todas formas, de haberlas tenido, no creo que nos hubiesen servido de nada pues no deseábamos cambiar nada de la mezcla, nos gusta tal y como están mezcladas originalmente las canciones. Lo único que hemos hecho es remasterizar cada canción para obtener más volumen, cambiar la ecualización y dotar a los temas de más agresividad, no hemos tocado nada más. Ahora Hellhammer suena realmente como habríamos deseado que sonase en 1983. Si pones cualquier bootleg y seguidamente pones “Demon Entrails” notarás la diferencia pues muchos de esos bootlegs eran copia de la copia de la copia de una copia del cassette o vinilo, nosotros sin embargo tenemos las grabaciones originales y además las hemos remasterizado, no hay color con toda esa mierda de bootlegs que hay por ahí.
¿Como te sientes Tom oyendo este material ahora que han pasado tantos años?
T.W.: Me siento enormemente orgulloso de todo lo que hicimos. Piensa que allá por el 82 cuando formé el grupo, yo atravesaba una época personal muy difícil y Hellhammer era como una válvula de escape para mí, me hacía desconectar del mundo real para entrar en mi propio mundo, por eso la música era tan extrema y oscura. No puedo sentir más que honor por haber compuesto temas como “Blood Insanity” o “Triumph Of Death”.
¿Cambiarías algo de tener la oportunidad de hacerlo?
T.W.: Nada, absolutamente nada. Hellhammer es lo que es y punto; El reflejo de mis inquietudes de por entonces. No cambiaría nada, pero si puedo decirte que he aprendido mucho de mis discos buenos y de mis discos malos. Hellhammer es exactamente lo que éramos en 1983 y no tendría sentido cambiarlo. Claro que hay errores, pero no hay que tocarlos ni corregirlos, aprendes de ellos y aprovechas la situación para intentar no repetirla. Son mis raíces, hay que dejarlas tal y como están. A pesar de ello, he de reconocerte que escuchar a Hellhammer ahora ha sido un tanto traumático también pues me ha traído a la mente momentos muy dolorosos y salvajes de mi juventud. De cualquier forma, a pesar de que el material es muy simple y básico, todavía puedes ver la oscuridad y el extremismo que desprende; Nadie en 1983 sonaba así de extremo salvo Hellhammer.
No deja de ser curioso el hecho de que bandas como Slayer, Black Sabbath, Motorhead, Venom o Bathory son trascendentales para entender todo esto y han publicado toneladas de discos cada una de ellas, sin embargo, Hellhammer solo sacó 3 demos y un EP…
T.W.: Bueno, cabría matizar eso. Nosotros sacamos 3 demos, un EP y aparecimos en algunos recopilatorios, pero hay tal cantidad de bootlegs de Hellhammer que es como si tuviéramos 15 discos (Risas). De todas formas, has de saber que Hellhammer fuimos reivindicados básicamente en los 90 gracias a todas las bandas de Black Metal escandinavas que hablaban de nosotros como una influencia principal. Atrás, en los 80, Hellhammer era sinónimo de negativo, la prensa y los fans nos odiaban, no éramos prácticamente nadie salvo los pre- Celtic Frost. Durante los 80 Hellhammer fueron una banda totalmente Underground, no fue hasta la llegada del Black Metal en los 90 que empezamos a ser venerados.
¿Harías algo en directo con Hellhammer?, ¿Quizá un concierto especial o algo parecido?
T.W.: No rotundo. Hellhammer ya no existen, fueron una banda única durante unos tiempos únicos, nada más. Intentamos tocar con Celtic Frost algunos temas de Hellhammer en los ensayos, pero sonaban a Celtic Frost y no a Hellhammer (Risas).
Entonces supongo que es un poco estúpido que te pregunte acerca de un posible nuevo disco de Hellhammer…
T.W.: Sí, lo es (Risas). El nuevo disco de Hellhammer fue “Demon Entrails”, después nada.
El 21 de octubre del 2017 Martin Eric Ain moría a la edad de cincuenta años por un ataque al corazón. No se revelaron demasiados detalles, y quizá podríamos suponer que esto concuerda con el modo en que llevó su carrera. La relación de Martin Eric Ain con Tom G. Warrior estuvo teñida de constantes vaivenes. Comparto algunos pasajes de su sentido adiós:
“…Por esas fechas Hellhammer produjo la demo final que resultó acabar en nuestro primer contrato discográfico, Martin era co-autor de algunas de nuestras letras y hacía algunas voces. Y luego finalmente se convirtió en nuestro bajista. El desarrollo de la banda empezó feroz, y tan sólo cinco meses más tarde, sentimos que necesitábamos expandir nuestra alianza empezando por crear otro nuevo proyecto. Este fue el nacimiento de Celtic Frost, durante la noche del 31 de mayo hasta el 1 de junio de 1984…”
“Martin era una de las pocas personas que estaba preparada para embarcarse en este viaje conmigo, sin concesiones y en contra de una oposición significativa, a diferencia de muchos otros que sólo hablaban en vacío y luego se marchitaban. Completamente autopensador, Martin se convirtió en un bajista enorme y excelente con una gran habilidad a la hora de aprenderse canciones de forma muy rápida. Incluso al principio que le costaba escribir música, sus muchas otras contribuciones a la banda eran siempre importantes…”
“…La asociación con Martin Eric Ain fue meramente instrumental para cumplir mi ardiente sueño de la adolescencia de convertirme en músico. Determinar la propia motivación de Martin es más complicado. Creo que para él era más el sentimiento de rebelión contra lo que nos rodeaba cuando crecimos juntos, y una vez que esto se cumplió, el camino de lo musical no volvió a tener la misma importancia para él. Posteriormente se convirtió en un emprendedor muy intuitivo y próspero y se embarcó en empresas que normalmente estaban en contraposición con los valores de su juventud.”
“…Martin tenía una personalidad compleja, coloreada de contradicciones e indulgencia (y estoy seguro de que él me describiría exactamente igual). Con frecuencia me acusaba de exorbitancia (y sin duda tenía un punto), y todavía persiguió la inmoderación, en diferentes niveles. Lo sabía, por supuesto, y una vez etiquetó sus acusaciones en ‘patológicas’. Recurrió a la verbosidad para ocultar las inseguridades y su incomodidad por revelar demasiado sobre sus emociones. Él era el mejor y más generoso amigo que cualquiera pudiera desear, y fui lo suficientemente afortunado como para conocerle de forma cercana. Y todavía, en una entrevista publicada en Suiza de enero de 2010, él dijo: ‘No me gusta la gente que se embarca en viajes de ego y que acaban hiriendo a otros, aunque no puedo negar que soy culpable de ese comportamiento.’”
“Él normalmente elegiría el camino de menor resistencia o se abstendría de tomar partido en vez de actuar de manera decisiva para calmar los conflictos internos de la banda. Él vio la autodestrucción prolongada y dolorosa de Celtic Frost, sólo para decirme, un mes después de que me fuese de la banda, que, si hubiera hablado, la banda podría haberse salvado. Pero en esos tiempos, Martin se había cansado tanto del grupo disfuncional que me autoconvencí de que él secretamente sentía alivio de que yo me hubiese ido, porque le evitaba tener que dejarlo. Pero a menudo tuve la sensación de que una parte de él sentía una enorme culpabilidad desde entonces.”
“La muerte de Martin me afecta profundamente. El mundo nunca será lo mismo sin él. Su muerte significa el final de una era, tanto en lo musical como en el nivel personal más profundo. Yo, el mayor de todos, siempre esperé en el subconsciente que sobreviviera a mí y se convirtiera en el que custodiase el legado que construimos. El shock con su prematura muerte, el dolor y la sensación de soledad y pérdida son insoportables e insuperables.”
“Martin, te voy a echar de menos hasta que llegue mi día, también, llegará mi hora.”
En la actualidad Tom Fischer es vegetariano y no utiliza ninguna clase de drogas, incluyendo alcohol y cigarrillos. Fischer padece de diabetes.