¡Huachalomo de Satán para Todos!.
¡Te voy a matar HDP!, ¡los voy a matar a todos! - gritaban algunos hacia el escenario mientras agredían al otro guitarrista de la banda y al bajista. A su vez, los músicos se defendían a patadas, pero el altercado no paraba. Me avisan que intervenga. Llego y desde arriba les grito: ¿qué mierda les pasa? ¿Acaso les molesta nuestra propuesta? Y uno grita contestándome: ¡Mira lo que el HDP de las cruces le hizo a mi amigo! Me detengo mirando en el rostro completamente ensangrentado de uno de ellos. Me dice: ¡ese guevón me quebró la nariz, me la quebró! Con sus dedos apuntaba al Bestial Fucker que reía satánicamente tras el backline. Satán ríe esta noche.
Meses antes se gesta el hito trascendental dentro de la historia de Massacre y es lo ocurrido en la mítica Fonda Rock, ubicada donde actualmente está el Parque Arauco, el diseño del afiche lo hizo José Ihnen y mostraba a Eddie vestido de huaso. Alguna de las bandas que participarían en este evento serían: “Neutron”, “Spectro”, Turbo, Modus Operandi, Prisma, Zapatilla Rota y Poositunga, Dorso, Rust y Chronos. Las tres últimas se vincularon al Thrash y es aquí donde Massacre logra diferenciarse dentro del espectro rockero. Acá el impacto fue mucho mayor por la cantidad de gente que se encontraba ese día.
La formación en esa época era Alfredo Torres en guitarras, Cristian Miccono en bajo, Mauricio Yañez en batería y yo en voz y guitarra. Debutaba Diego Pijoan como el personaje Bestial Fucker. Él había estado trabajando toda la semana en la fabricación de cruces de madera las cuales quemamos para que quedaran con un aire sepulcralmente antiguo, tenía una correa de balas verdaderas de fusil que nunca me dijo como las consiguió. Cuando estaba aburrido les encendía fuego en la parte de atrás en su patio para verlas estallar desde lejos. Se fabricó una capa y tenía vestimenta negra. Le regalé una máscara de esgrima. Su aspecto era entre aterrador y violento; Buena combinación pensaba. Muchos amigos que iban pasaron a ser músicos de bandas que nacerían después, futuros productores de shows, dueños de sellos independientes o coleccionistas de cuanto fanzine o vinilos saliera. Se notaba en el aire que algo grande ya venía saliendo de gestación.
Durante la presentación de Massacre (como era de esperar) se produjeron un sinnúmero de episodios sicóticos, sólo alcanzaríamos a interpretar el ‘Huachalomo de Satán’, ‘Ritos Negros’ y ‘Las violentas calles de Santiago’. Antes del show el manager de Turbo nos agradecía por haberles acarreado a un importante número de público metalero, eran muchos los que preguntaban por Massacre, pues ya había llegado el rumor que era una banda que estaba marcando diferencias, por lo tanto, resultaba un atractivo número y los organizadores estaban sumamente contentos por ello, pero esas muestras de agradecimientos sólo llegarían hasta que empezamos a tocar. Mientras nos presentábamos se subieron al escenario nuestros “nuevos fans del metal” a generar el caos y la catarsis. Poco a poco se transformó en un demoledor headbanging que derivó en un pogo sin frenos, terminando por espantar a la concurrencia que jamás había visto algo así. En unos segundos lanzan al escenario a Miguel Angel Montenegro (ahora bajista y vocalista de Electrozombies) mientas tocábamos, intenta bajar y no lo dejan, al final se tira en un stage suicida ante la carcajada de todos. (“El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa…” escribió Nietzsche) Aparece en escena Diego “Bestial Fucker” con su performance visual y comienza a tratar incendiar una cruz, los de la primera fila le tratan de tirar hacia abajo, y se convierte en un forcejeo que al final “Bestial” decide reprimir pegándoles con sus cruces y su candelabro a diestra y siniestra. Así comienza a romper cabezas y rostros. Le devuelven golpes de puños y puntapiés. Las luces rojas, los gritos y la locura muestran una escena sacada de la “Divina Comedia” en el infierno (“En medio del camino de nuestra vida me encontré por una selva oscura, porque la recta vía era perdida…”, La selva - vv. 1-12, Dante Alighieri).
Atrás se ven muchos rostros femeninos tapándose la boca de impresión ante tal muestra de sacrilegio. Para estas personas era una tremenda blasfemia usar esos símbolos cristianos de esa forma y no como respeto y devoción como les había enseñado en sus colegios religiosos y ultraconservadores. Para nosotros sin embargo solo eran elementos de sometimiento y dominación llegados desde la invasión de los españoles a esta tierra.
Algunas bandas y su público comienzan a implorar a los organizadores que el show termine de inmediato. No olvidaré un coro de niñas elegantes bramando: ¡No al rock satánico!
Terminamos de ejecutar “Ritos Negros” y los músicos de Turbo, empiezan a desenchufar los plugs de las guitarras y el bajo, haciéndonos señales que nos fuéramos. Los de la primera fila me gritan: ¡matemos a esos guevones posers! y empiezan a encaramarse para empezar a pelear. Abajo empiezan los empujones de uno y otro bando. Ciertamente los ánimos estaban caldeados. Una acción y se desataba la mayor pelea de la noche como esa Fondas de antaño. Hierve la chicha, hierve la sangre. Satán ríe esta noche.
Miro al que más sangraba apuntando al “Bestial Fucker” como el iniciador de la tormenta perfecta. Priorizo lucidez y raciocino y decido terminar todo indicando que bajemos sin que las cosas pasen a mayores. Me siguen y tras el escenario guardamos nuestros instrumentos cuando nos avisan que nos quieren lapidar y cobrarse venganza.
Salimos en dirección al respetable mostrando las cruces, espadas, accesorios de batería, yo mismo estaba con el candelabro y su calavera “Pepito” mirando a quien quisiera agredirnos. Somos rodeados por los amigos y thrashers, por la cual nadie se nos acerca.
Afuera damos la primera entrevista oficial para el fanzine Blowing Thrash (editada por Anton Reisenegger) donde escriben:
Massacre se formó en su línea definitiva en mayo del ’85, he hizo varios recitales, los cuales provocaron en el público dos corrientes de pensamientos: un reducido grupo que los apoyaron y aquellos que los atacaron hasta la muerte. Aunque Chile es un país nefasto para el Black Metal (1) Massacre no se rindió y, por el contrario, tiene muchos planes para el futuro…”
Satán habrá reído esa noche.
(1). - Comúnmente se identifica el comienzo del Black Metal con la aparición en escena del movimiento del Black Metal Noruego a lo largo de los años 90, ya que fue durante este período cuando su desarrollo se hizo patente; sin embargo, el origen del género hay que situarlo antes y en varios lugares, ya que en 1977 se funda la banda italiana Death SS, que gracias a sus teatrales actuaciones en escena contaban con temáticas satanistas y de horror, y los ingleses Venom con su demo de 1979 que prepararon el camino para las siguiente generaciones. Es aquí en donde Massacre y su show calza con la clasificación puesta por Blowing Thrash.
