Cuando se tiene una banda se termina tocando en los lugares más insospechados y con nefastos resultados. Así lo cuenta Yanko Tolic en su columna semanal.
Una de las experiencias más surrealistas a las que nos hemos visto envueltos fue tocar al empezar el invierno de 1986 en un escenario donde se oficiaba misas dentro de la Iglesia de San Antonio de Padua a cuatro cuadras de nuestra sala de ensayo en la misma calle Carmen. Era un comedor infantil ocupado de forma temporal ubicado al costado de la Parroquia, que aun tenia los efectos del terremoto de 1985 y que le había hecho perder su altura gótica. Nuestro gran amigo Roberto (Q.E.P.D.) que en ese tiempo administraba parte del lugar me indico los tramites. Pagué lo cobrado en la secretaría ya que se necesitaba dinero para su reconstrucción. Y nosotros lo requeríamos para expandir nuestra joven escena. Simbiosis cómica. Costo de la entrada: $100 pesos.
Por fortuna ese sábado el personal eclesiástico sacó los objetos litúrgicos y comenzamos a instalar la batería y amplificadores de la banda (conocido tiempo después como backline) que cederíamos a todos los grupos que tocarían en este recital. Se partió temprano con una banda invitada que abriera para la ocasión llamada RQE simplemente las iniciales de cada integrante y que tocaban Pop Latino. Así fue. La banda tocó su mejor repertorio de Charly Garcia, Soda Stereo, Virus, Los Prisioneros o Aparato Raro. Hizo bailar a los primeros que venían llegando con sus parejas. Al principio la gente presente de la Iglesia frunció el ceño con tanta gente vestida de negro y diseños de poleras amenazantes. Como la mayoría llegó en pareja y engancharon con bailar en la pista. Fue un suceso que uno puede imaginar mientras duerme. Una energética discoteca con tipos de pelo largo danzando con sus cadenas juntando sus cuerpos al ritual del ritmo mientas el sudor de cerveza aparecía por sus rostros decorando el esfuerzo. Todo ese cuadro metafísico y estéticamente difícil de lograr tranquilizó a los eclesiásticos quienes se retiraron a su vida espiritual y de recogimiento en el lado más alejado de ese enorme terreno.
Solo quedó Roberto para “cuidarnos” que nos dijo que iba y volvía. El afiche que se distribuyó en los sectores de Providencia, aledaños a la disquería Rockshop hizo que los que vivían en zonas más apartadas del concierto llegaran en ese momento sin entender mucho de lo que pasaba.
Para entonces “MASSACRE” tenía su alineación conformada con los hermanos NACRUR de batero y guitarra. Se había sumado EDUARDO VIDAL en bajo e invitamos a ALFREDO TORRES para que se despidiera ya que haría clases de guitarra para posteriormente emigrar a Brasil. Una vez que hubo cambio de equipos aparecen en escena los míticos “BELIAL” de Valparaíso CACO, JOSÉ y CHALO ensombrecen y cambian radicalmente el ambiente y lo ponen insurrecto, thrashero y discordante. Comienza la oda a la insurrección musical y dan el pase para que entre sus hermanos de “DOD” que entregan su THRASH METAL con las influencias del viejo “TESTAMENT”, “EXODUS” y “ANTHRAX”. Comandados por MARCELO YAÑEZ entregaron esa noche irrepetible su repertorio adicto a la velocidad y la técnica. No alcanzaron a quedar en el afiche, pero los thrashers de Santiago quedaron encantados con estado dos bandas desde la ciudad portuaria que el mar no ha podido derribar porque en su pecho austral esta tatuada la lucha, la esperanza y la solidaridad como lo cantó Pablo Neruda. Otra banda de esta loca cita fue “DORSO” complementando su repertorio con temas propios y de “MERCYFUL FATE”. El júbilo por el metal medieval hizo sentir que los muertos se levantaban de sus tumbas para deleitarse con los sonidos de RODRIGO “PERA” CUADRA, GAMAL ELTIT y MARCELO NAVES. Se había invitado a la banda “DESTROYER” pero no llegó a la cita. A esas alturas del concierto estaba poblado por las huestes de los thrasher de Gran Avenida que concurrieron en masa asistiendo al evento. Atrás del escenario se encontraba un comedor infantil que funcionaba y que contenía algunas frutas de la estación y que, por no contar el concierto con seguridad, fue visitado por todos degustando esos menesteres. Imagen aparte vi al “PERA” riéndose con un tremendo zapallo alargado y persiguiendo a los demás. En ese instante se sube el proyecto “ABBADON” que lideraba mi hermano YERKO TOLIC en la guitarra, con ANDRES MARCHANT de vocalista, MIGUEL ANGEL “COMEGATO” MONTENEGRO. Su batero falló y se le ofreció el puesto en ese mismo minuto a JOSE MIGUEL NACRUR, quien realizó una inspirada entrega que a veces recordaba un JAZZ THRASH METAL EXPERIMENTAL con sonido de “CELTIC FROST”. El problema es que el sillín de la batería no estaba bien ajustado, y se movía hacia atrás a medida que los bateros tocaban. En este caso, en un pasaje de largo doble bombo hizo que este asiento se corriera mucho más de lo aconsejable, con el ruido ensordecedor del concierto, nadie escucho los gritos despavoridos de auxilio del valiente PEPE NACRUR, quien desapareció de la escenografía al caer de espaldas y solo quedar sus zapatillas de caña a la vista para la risotada del respetable, quien pensaron que era parte del espectáculo y otros alzaban sus brazos con sus copas en señal de aprobación infinita. Entre cuatro logran parar a NACRUR quien finaliza la actuación y hacen el debut y despedida de “ABADON” la semilla que germinaría en “NECROSIS” más adelante. Durante la tarde, ante la imposibilidad de conseguirnos una máquina de humo, alguien sugirió echar un pedazo de hielo seco a una olla caliente. Al no tener nadie experiencia en esos menesteres, fuimos y adquirimos el trozo más grande que encontramos y lo conservamos detrás del escenario. Con unas cocinillas pusimos a calentar agua en unas enormes ollas de preparar alimento de ese lugar. La idea era tirar este pedazo de hielo, una vez que el agua estuviera hirviendo, cuando fuera la introducción. La idea en teoría era magnifica. Casi una obra de Da Vinci.
Aconteció que se necesitaron muchos para sacar esa tremenda cacerola ardiendo y burbujeando vapor por todos lados. Patricio Villagran, Gonzalo Villagran, Andres Marchant, Miguel Angel Montenegro, Gonzalo Morales, Juanito Morales, Roberto Manna y quien sabe cuántos más la transportaron quemándose las manos, piernas y diferentes partes del cuerpo. La proeza al fin la realizan depositándola justo al medio del escenario.
No sé quién tiró el maldito hielo, Pero en vez de salir ese soñado humo para todos lados comenzó a salir un poco por los costados como esas películas de las calderas de brujas.
¡Se les está quemando la cazuela! - gritaron desde la primera fila.
Al final la tuvimos que retirar con el bochorno y la rabia de sentirnos estafados pensando en quien fue de la mierda de idea.
Pero ya comenzaba el ritual de sacarnos toda esa ira cazuelistica, porque llegaba al fin el turno de “MASSACRE “.
Al tocar su primer tema los thrashers empiezan a redecorar el lugar invirtiendo todas las cruces en los muros y dejando al revés las imágenes de santos. La situación se desborda más allá de lo pensado y empiezan al quinto tema “Huachalomo de Satán” a lanzarse fruta entre todos y gritando a viva voz el coro de este. “¡Furia!, ¡Furia!, ¡…de Satán!”. Llega el cura en bata a cerciorase de lo que está pasando y llama enseguida a los demás integrantes de la Parroquia. Solo veía a lo lejos como agitaba sus brazos y se le veía extremadamente roja su cara a punto de darle un infarto. Llega Roberto con grandes ojos y dice que paremos de inmediato, pero es atacado por manzanazos, algunas naranjas y frutas varias. Se inicia una batalla por salir de ahí. Cortan la luz y el evento Thrasher-ecuménico se da por finalizado. Creo que ha sido la única vez que la gente vio salir de una iglesia a un público cantando al unísono “Gloria a Satán”.