Si se conoce a Mercyful Fate o a King Diamond de seguro se reconocerá el nombre de Melissa, pero ¿qué hay detrás de aquel nombre? Ese es el tema que Yanko Tolic trata esta semana.
Esta es una de las bandas causantes de nuestra devoción por este género de musical.
¿Como hacer sentir a los demás que adoran otros estilos, que sus grabaciones nos saca lágrimas y nos emociona hasta el "paroxismo febril”?
¿Cómo explicar que Mercyful Fate nos entrega ese intenso sentimiento del estado de plenitud máxima que nos hace lograr un estado de desconexión con la realidad para enfocarnos en el interior y tener un encuentro místico con nosotros mismos?
Desde el primer día que los escuchamos a principios de los ´80s, nos atraparon con sus joyas únicas como son el EP “Nuns have no fun” (1982), “Melissa” (1983) y “Don’t Break The Oath” (1984) no ha dejado de fascinarnos cada vez que la escuchamos, descubriendo nuevos detalles, atmósferas y arreglos tan grandiosos, heroicos, feroces, depurados y perfectos. Esa clase de vinilos que cuando lo pones en el tocadiscos, sientes que son completos. Te entregan más que una grabación magistral, te da éxtasis y te rodea de composiciones magistrales, ejecuciones de instrumentos que juntos o por separado, cuando las analizas, hace que te enamores cada vez más del trabajo de cada músico. El canto mágicamente divino de King Diamond calma y te abre miles de imágenes en la cabeza. Té hace viajar por pasajes insospechados de la creatividad humana. Dentro de su obra aparece una temática que nos llamó siempre la atención. La particular historia de King Diamond y Melissa. Era conversación recurrente entre los thrashers que frecuentábamos el Paseo Las Palmas, tertulias de fin de semana y conversaciones en los conciertos de la Sala Lautaro o en el Gimnasio Manuel Plaza. Muchas historias se creaban en torno a ese enigmático relato, donde no sabíamos a ciencia cierta que era verdad y que cosa no lo era. Espero contribuir a dilucidar esto que ha quedado guardado a través de los años y que bien merece ser sacado del infierno para ser compartido entre todos nosotros.
King Diamond, seudónimo de Kim Bendix Petersen, nació en Copenhague el 14 de junio de 1956. En su juventud fue estudiante de química y quienes lo conocieron, dicen que era un ejemplo de persona, nunca se drogó y en su adolescencia solo arrastró el vicio del cigarrillo. Siendo, además, un gran futbolista, fue íntimo amigo de Anton Szandor Lavey, fundador de la primera iglesia satánica legalizada de los EE.UU. Siendo, además, miembro activo de esta iglesia, “KING” manifiesta que la gente tiene una visión equivocada de lo que es el satanismo. Señalando que este movimiento, aboga por valores como la paz, la fraternidad y la humanidad.
Melissa era el nombre de los huesos humanos que King Diamond obtuvo durante la grabación del álbum, y que al poco tiempo de principiar las primeras fechas de su tour desapareció sin que nadie supiera más. De aquellas partes de ese esqueleto solo fue encontrado los huesos del fémur, con los cuáles el “Rey Diamante” creó el soporte peculiar de su micrófono con la forma de una cruz invertida.
“Melissa” es la canción más emblemática de la banda danesa y formó una mitología en torno a su figura. ¿Era una obsesión de King Diamond en el ocultismo dominante de su música?, ¿existió realmente Melissa?, ¿King Diamond no le perdonó nunca a dios que ella muriera y en venganza se dedicó al satanismo? o ¿Estaba enamorado de esa bruja?
Los orígenes de este mito aparecen en la pista homónima de su primer disco, con una intro narrada en primera persona, el intérprete relata su iniciación en una secta demoniaca a la que decide unirse en su afán de venganza en contra de los que le despojan a su amada. A través del desconsuelo e inquietud del personaje de lo que se interpreta como una quema de brujas. Melissa acusada de brujería, se le condena a la hoguera y es ejecutada por un cura católico, el protagonista frente al altar jura venganza en contra de este sacerdote y proclama su muerte en “el nombre del infierno”, La canción termina en un susurro que hace pensar que el espíritu de Melissa continua en el mundo de los que viven.
Melissa es nuevamente mencionada en el álbum “Don´T Break The Oath” (1984) en el clásico “Come To The Sabbath”, después de los hechos mencionados en el anterior track, esta vez el protagonista se ubica durante una misa negra, a la espera que se consuma el Sabbath (reunión de los brujos y entidades demoniacas y que sus orígenes no son judíos sino que fue hecho por la fase lunar en el calendario babilónico), continuando con el ritual y con la presencia de una alta jerarquía diabólica los deseos de cada participante van siendo expuestos, es entonces que el protagonista lanza una maldición hacia el sacerdote que tomó la vida de Melissa, una vez completada la ceremonia, se cierra la comunicación de la llave de Enochian en una lengua hablada por los ángeles apocalípticos del apócrifo Libro de Henoc, un idioma artificial supuestamente creado por el ocultista británico John Dee y su compañero Edward Kelley el 8 de marzo de 1581. Y rescatado en 1912 por Aleister Crowley en su libro “The Equinox”.
La última canción en la que se nombra a Melissa, aparece en el álbum reunión de Mercyful Fate, “In The Shadows” (1993) y lleva por nombre “Is Waht You, Melissa”. Nuevamente nos enfocamos en la angustia que vive el protagonista al no poder superar la perdida, visualizando su presencia en sus sueños y poco después en extrañas voces que parecen tratar de comunicarse con él y que no hacen más que llevarlo a un estado de locura. Cegado por un amor que parece superar las barreras de la muerte, decide hacer un último ritual con la intención de comunicarse con el espíritu de su amada. En contra de todas las reglas logra contactar con el espíritu de Melissa y pese al peligro que representa la aparición, el personaje principal no puede dejar de hacerle la misma pregunta continuamente: Melissa, por qué?, ¿Por qué no puedes estar a mi lado?, Una vez que recibe la respuesta definitiva, se aleja dando un beso a la figura espectral y despidiéndose así por última vez de ella.
No se sabe el destino del personaje, si decidió reunirse con Melissa en el más allá, o tal vez quedó cautivo por las garras de la demencia.
La inspiración real de la historia nos habla del año 1489 en la desaparecida ciudad de Annherweadleem, Melissa Ann Jhomgelo (la bruja inspiradora de King Diamond) murió a la edad de 92 años, delante de 58 testigos a causa de los 96 latigazos ordenados por el famoso Obispo Trend Khabkhar, más conocido como “El Corrector”, El libro “Tractatus Pulcherrimus” cuenta que Melissa comenzó a ser azotada a las 0:10hs, Asimismo, el libro narra que la muerte de la anciana se produjo diez minutos después, Antes de morir, Melissa balbuceo en una lengua de depravación herética que regresaría en 13 ocasiones para vengar su muerte, hasta que fuera invocada por última vez antes de que el segundo milenio cristiano acabara, ocasión en que su espíritu se encendería en la plenitud de su belleza a través de un ritual de fuerza eléctrica, “Elektrisch Kraft" (tercer tomo, P.413. “El concepto de la electricidad fue hecho recién en 1752 por Benjamín Franklin lo que no deja de llamar la atención ese conocimiento que fue sacado de un original a comienzos del siglo XVI”)
Una vez pronunciada la profecía de su retorno, dos testigos que presenciaban la ejecución de 34 y 58 años cayeron fulminados en ese mismo instante; el menor cayó apuntando hacia el sur, mientras que el mayor quedó inclinado hacia las cosechas del oeste. (Rudolf Trommer, "Supertitio Im Reich Der Merowinger", 1509 tercer tomo, P. 412). Se dice que la ciudad estaría ubicada en el planisferio si se le busca con las coordenadas 34° y 58°.
Si Melissa vengó o no su muerte es una información no disponible, pero los registros (en Jean Claude Montpellier, "Introduccion A La Supersticion Y Religion", Paris, ed. Gellamard, 1957, p.237) documentan su aparición en trece ocasiones: una vez en 1547, dos en 1646, cinco en 1745, una en 1829 y cuatro en 1916. Trece veces en total en un lapso de 369 años: se sabe que el 3 es un número mágico y, por supuesto, el 6 y el 9 son múltiplos de 3. Y al igual que el 666 es el número del Demonio, el 369 hace referencia a quienes pueden doblegarlo: el 666 es un número balanceado (Demonio primer 6, el portal abierto tras la invocación es el 6 del medio, y el hombre, el ultimo 6; están nivelados) y al restarle tres al primer 6 y sumárselo al último, rompe el balance en beneficio de una de las partes, en este caso, la del humano. (fuente: Adolf Graff, "Volk Herrscher Und Eucharistie”, Berlín, 1973, P.307-314)
En el 2006 hubo rumores de que el esqueleto de Melissa había sido devuelto, pero King Diamond afirmó que hasta el día de hoy “Melissa” sigue perdida. Quizás se encuentre más cerca de ti de lo que crees.